Se va

Rolf se va a Francia. El viernes. Este viernes 20 de julio... por tiempo indefinido.
Obvio que cuando me dijo me puse a llorar. Ok, no se ha muerto nadie ni nada malo ha pasado, objetivamente hablando. De hecho, es algo bueno. Va a trabajar, a juntar unos pesos y, de pasada, clarificar su cabecita. Quiero que le vaya demasiado bien. De verdad, le deseo lo mejor... Pero sigo con pena.
Después de múltiples terminadas nos seguimos viendo. Ha sido más de un año juntos, aunque no sea todo el rato pololeando. Ahora no estamos juntos, pero siento que se va mi partner. Siempre he sido la niña correcta, responsable, buena onda y que hace lo socialmente correcto. Claro, con algunas metidas de pata porque nadie es perfecto, menos yo. Pero así soy. Quizá demasiado.
Rolf está lejos de ser un príncipe azul porque tiene muuuchos defectos, pero me enseñó que no vivimos en un mundo de Bilz y Pap, que no todo es perfección y luces de colores en la vida. Si bien sufrí mucho con él, lo sigo queriendo demasiado y ya no soy tan pollo como antes de conocerlo. Pero se va. No hay vuelta atrás.
Éste es el término definitivo. Cuando terminábamos sabía que si lo echaba de menos lo vería igual o que él después de una semana me llamaría. Pero ya no. Nunca me había pasado lo mismo ni había querido a nadie así.
Nos vimos el sábado y siempre voy a recordar con cariño ese beso de cuento de hadas, apenas nos vimos, como si el mundo nos fuera a separar... y, literalmente nos va separar.
Loquito lindo, no sé si leas esto, pero si llegas a hacerlo quiero que sepas que te kero mil!